Un domingo
de verano de mediados del siglo pasado, un hombre salió, como siempre, a echar
una partida en el bar del pueblo. Por el
camino, cambió de idea al ver pasar a una joven muy llamativa. Decidió seguirla a ver dónde iba. A las afueras del pueblo, la chica lo
vio. Se puso muy nerviosa y comenzó a
gritar, diciéndole al hombre:
-Antes de
que me deshonres, mátame.
Él se llenó
de rabia y la mató. Después cubrió su
cuerpo con piedras para que nadie la viera.
La familia
de la chica, al ver que tardaba, salió a buscarla por los caminos hasta que
finalmente la encontraron.
El asesino
pagó por lo que había hecho y nunca dejó de darle vueltas a la idea de que si
hubiera seguido la rutina acostumbrada, echando la partida en el bar del
pueblo, no hubiera cometido nunca aquel terrible crimen.
Muy buena resolución de la tarea que, con título prestado al famoso escritor ruso, propusimos esta semana.
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