En un
pequeño pueblo de muy pocos habitantes, se desgranaban las primeras horas de la
tarde de un día de otoño, cuando empezó a cantar un gallo en el corral de doña
Gertrudis.
A toda la
población del lugar, que se hallaba en sus labores diarias, le vino una sombra
de preocupación al escucharlo y en todo el entorno, se instaló un tenso
silencio.
El poblado
era un sitio con mucho encanto, con casas hacinadas como en racimo por lo que
todos los habitantes podían escuchar el canto del gallo de doña Gertrudis que,
cuando cantaba a deshora era un mal augurio.
Cuando esto ocurría, siempre llegaba una mala noticia o alguien
moría. Todos lo sabían con certeza y se
echaban a temblar, en espera de no ser el elegido. ¿Cuál sería esta vez? ¿A
quién le tocaría?
Muy buen relato de intriga con final abierto, con pequeños toques de imágenes literarias (ej. desgranaban las horas…) que enriquecen mucho el texto. Muy bien.
ResponderEliminarMUY SUPERSTICIOSO!!!!, AUN EN LA ACTUALIDAD SE ESCUCHAN ESOS CUENTOS DE CAMINO Y SUPERSTICIONES, JAJAJA ME MUERO CUANDO PASA EL AMOLADOR Y MI SUEGRA SE PONE LAS MANOS EN LA CABEZA!, QUE SI NO LO HACE TENDRA UN MAL DIA, PUES LO MISMO ESTOS POBRES NO TENIAN UN LIBRO PARA ENTRETENERSE O UNA RADIO Y MUCHO MENOS UNA TELE, PERO GRACIAS A ESOS CUENTOS DE CAMINO TU PUEDES CREAR ESTOS BUENOS RELATOS QUE ENTRETIENEN Y NO ESTAMOS CON EL ROLLO DE LOS GALLOS QUE CANTAN A DESOHA Y LOS GATOS NEGROS QUE SE ATRAVIESAN POR DELANTE DEL COCHE , NI LOS MARTES 13, ¡GUILLO! CON TODO ESO O ZAPE GATO, JAJAJJAJA. TE QUIERO MI HERMANA SIGUE ESCRIBIENDO ASI
ResponderEliminarInteresante y misterioso relato, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarCarmen.