Ilustración de Juani Hernández |
Estoy
asomada a la venta de mi casa, si eso se puede llamar casa, está muy
estropeada, las escaleras están rotas, la puerta no cierra bien, las ventanas
sin cristales, mamá les pone papeles para taparlas y protegernos a mis hermanos
y a mí del frío, o en verano del sol que entra por ellas.
Se
lo cuento a Carmita, mi amiga invisible para todos, pero no para mí, que hablo
con ella y le cuento mis cosas, le digo…no, todo no es malo, por las noches
desde mi cama veo las estrellas en el cielo y la luna que siempre me sonríe…por
la mañana al levantarme oigo los pajaritos cantar al nuevo día. Miro y veo a
través de ese marco con forma de ventana, los campos verdes y flores de
diferentes colores. La gente va y viene a sus labores diarias, con caras de
alegría y yo no puedo ser diferente: ¡Qué bella es la primavera! y qué suerte
tengo de contemplarla, aunque sea a través de esta ventana sin cristales que
mamá en ocasiones cubre con papel para
protegernos del frío o el sol.
Dulce y tierna historia que invita a la esperanza, al optimismo, a mirar la vida con un prisma de colores que nos acerque a los cosas buenas que nos regala la vida. Me encantaron estas ventanas de papel tuyas, Maruca
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