Un extraterrestre de apariencia humana
adulta, en su visita a la tierra, se detuvo en un parque dónde había una niña
jugando con su muñeca. Le llamó la atención esa personita y, para entrar en
conversación con ella, adoptó la apariencia de otra niña para evitar que su
madre, absorta con un móvil en un banco cercano, pudiera caer en la
desconfianza y romper esa interacción.
-¡Hola! Me gusta tu muñeca. ¿Cómo se
llama? -Le preguntó con entusiasmo.
-Nely.
-¿Nely? Bonito nombre.
-Es el nombre de una niña que leí en un
libro
-¿Un libro? ¿Y qué es un libro?
-Un libro es un montón de hojas pegadas una
de la otra por los lados, escritas con muchas palabras para leer, y algunos
también tienen muchos dibujos.
-¿Y qué se lee?
-Pues historias que se le ocurren a los
mayores.
-¿Historias de qué?
-Historias de castillos, princesas y príncipes.
-¿Sólo eso?
-No, también de animales, de brujas, de
niños.......
En ese momento interrumpe la madre;
-¡Ariana! ¡Vamos! ¡Qué se hace tarde! ¡Y
dile adiós a la extraterrestre! ¡Que ella no me ha reconocido, pero yo sí!
No sólo me parece absolutamente creíble esa voz infantil que se te pedía ( que aunque usarás la tercera persona y no la primera, queda patente en la conversación), sino que, más allá de la explicación que esa niña da a lo qué es un libro, ese final me pareció genial. Un giro ingenioso e inteligente que hace poner los pies en la tierra a lo inverosímil de la historia
ResponderEliminar