De repente un buen
día, caminando por un sendero algo solitario y no fue un sueño aunque lo
parezca después de lo que voy a contarles, tenía ante mí un ser totalmente
extraño, sin boca, con unos ojos inmensos de un azul que hacía daño mirarlos,
con un cartel en la mano que decía: ¿HIPOCRESÍA?
Después
de toda una vida impartiendo clases de química en un instituto de mi ciudad y disfrutando en la actualidad de mi soltería
laboral, tenía que resolver un reto, el más difícil de mi vida.
Por
medio de un dibujo que hice en una pizarra, aparecíamos el extraño ser y yo
abrazándonos con el placer reflejado en nuestras caras, en otro dibujo aparecíamos
igualmente abrazados, con cara de enfadados mostrando una actitud totalmente
agresiva. Como vi que su cara reflejaba “mi no entender”, borré los dibujos y
le escribí: ¡¡POLITICOS HIPÓCRITAS!!. Sus grandes ojos azules se abrieron más y
a mi pregunta: ¿entendiste?, asintió con su cabeza y se fue muy convencido de
mi definición.
Hasta
en Marte han oído hablar de nuestros mentirosos e hipócritas políticos.
Qué listo este jubilado con sentido crítico como estandarte, y qué suerte la del marciano al toparse con él: nadie como esa voz narrativa para explicar tan gráficamente la hipocresía
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