Amanece
un nuevo día; bueno, más bien otro igual
que el anterior, de rutina, sin sorpresas.
Manuela,
en el ecuador de su vida, soportaba una existencia tranquila, segura... pero en
lo más profundo de su ser yacía un mundo insulso. Su corazón estéril habitaba
en un desierto de emociones. Siempre se limitaba a hacer lo que de ella se
esperaba, sin preguntas, sin rebelarse, abnegada en su presente y conforme con
su futuro.
Con
la juventud perdida, sentía que la vida se le escapaba sin saber qué hacer con
ella: con los días, con las noches, con las horas; largas y solitarias horas.
Deambulaba
por la calle sin rumbo fijo, como sonámbula, ausente, imbuida en sus
pensamientos cuando, de pronto, se tropezó con alguien... “¡Oh, perdón! Disculpe...”
Todavía aturdida, levantó la vista hacia aquel desconocido y, entonces, sus
miradas se encontraron y sus almas se reconocieron, quizás por otras vidas
compartidas...
Azul;
cuánto azul; en sus ojos azul. Inmenso océano tras celosías de negras pestañas
clavadas en mis ojos negros.
Su
corazón sobresaltado despertó de un antiguo letargo para encenderse en
llamaradas de ardiente pasión. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo y su piel
arrebolada gritó de placer.
Fue
un instante de segundos inmensos, una fuerte sacudida para su eternidad
dormida.
Aquel
hombre, de edad indefinida, prosiguió su camino; y ella, paralizada y
confundida, lo vio alejarse hasta que su figura se desvaneció entre la
multitud.
De
pronto, todo cobró una nueva dimensión y los grises de su vida se llenaron de
color: verde fuego, rojo pasión, azul ensoñación...
Manuela,
desde ese preciso instante, ya no sería la misma; la secreta esperanza de
reencontrarse algún día con él la hacía sentir viva y, ahora, sabía que estaba
preparada para amar.
El amor como bálsamo, como sublimación de una existencia gris; el amor que siempre nos salva y nos rescata -un instante le es suficiente-: de todo eso nos habla este hermoso relato.
ResponderEliminarse desbordo el sentimiento en este escrito. Que bien manejas la pluma amigo mío, felicidades y un abrazo lilia
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