Él es un hombre
apuesto además de millonario y está profundamente enamorado de Vivian. Ella no
puede creer como su suerte ha cambiado. Viste solo ropas elegantes, de buen
gusto, claro que ha necesitado asesorarse, pero como es tan bonita, todo lo
luce bien.
Esa noche, como
tantas otras, se acicalaron para ir a una importante recepción. Ya en medio del
bullicio, cada uno quedó en diferentes estancias. A ella se le acercó un
camarero para ofrecerle una copa de champán, sus ojos la miraron sin poder
creer lo que veían;
-Pero…si eres
Vivian, estás bellísima, pero no eres mi Vivian. Ella inmediatamente reconoció
a Iván, el chico que la trastornaba años atrás, al que jamás cobraba por sus
servicios, es más, le encantaba estar con él, disfrutar de lo que la vida les
ofrecía.
Se le
revolvieron sus recuerdos, las mariposas estomacales volvieron a volar, pero
no, ahora no podrá ser, pensó, tengo otra vida, otras metas.
-Vamos, le dijo
Iván, a recordar tiempos pasados, aunque sea una sola vez más. Vivian se sintió
vulnerable, incapaz de resistir esa
tentación. Todo su organismo gritaba…”sólo una vez más”. Se alejaron de la
concurrencia y allí detrás de unos arbustos del jardín, sus cuerpos les dijeron
que no se habían olvidado.
Al terminar la
reunión, Edward le dio gentilmente la mano ayudándola a entrar en la limusina.
Cuando el vehículo se detuvo…Edward le dijo;
-Puedes bajar…Ella,
extrañada, miró y se encontró con el barrio más bajo y peligroso de Los Ángeles…aquí
te devuelvo, esto es lo que te gusta.
Esta vez Pretty Woman nos robó el rosa de un cuento de hadas para hacernos aterrizar en una realidad gris y opaca, tal vez más cercana a la verdad. En todo caso, un buen relato el tuyo que mueve emociones e invita a la reflexión.
ResponderEliminarMezcla de sentimientos. Tal cual la vida de a diario.
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