Aún recuerdo unos lindos tirabuzones rubios que me bajaban por
la espalda. Cuando iba para el colegio, me ponían unos bonitos lazos blancos. Esos cabellos rubios, con el tiempo, fueron
cambiando de color, hasta convertirse en una melena ondulada y rojiza como una
zanahoria. No comprendí nunca esos cambios de color que llamaban tanto la
atención, sobre todo con mi piel morena. Algunos piropos recibí refiriéndose a
mi pelo. Me gustaba llevarlo suelto, que
el viento lo batiera. Yo me esmeraba en su cuidado.
Años
más tarde, esa melena rojiza se fue oscureciendo hasta ser castaño oscuro aunque
aun así se veía bonito. Era suave y brillante y cuando lo peinaba hacía lo que
quería con él.
Pero, como todo, poco a poco mi pelo fue
cambiando. Empezaron a aparecer las canas, dejó de gustarme tenerlo largo y me
lo corté. Desde entonces lo llevo corto, también porque es más cómodo, práctico
y fácil de arreglar. Pese a todo, me parece que mi pelo sigue siendo bonito, no
como era antes, pero en fin, lo principal es que yo me lo crea.
Me gusta la historia de tu pelo, el recorrido que has hecho por sus diferentes etapas y facetas. Y estoy de acuerdo contigo, tu pelo es bonito y el corte que lleva te sienta muy bien.
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