Ya la veía cercana, por cuyo motivo
empezó a proyectar la forma más atractiva de recibirla y con mucho cariño le
dedicaba parte de su tiempo.
Ir juntas a un hotel o recorrer el
mundo subidas en una caravana o por el contrario quedarse en casa hasta aburrirse. Compartir la lectura de un buen libro o
apuntarse a clases de teatro, de tango y por qué no, de yoga; actividades que
siempre quiso practicar y ahora con una nueva y buena amiga podría llevarlas a
cabo.
La cuestión era que para hacer todo aquello que tenía en mente, necesitaba
tiempo y ahora con esa compañía, era precisamente lo que iba a tener. Incluso puede
que por el camino encontrara más amigas, que se quisieran subir al mismo carro.
Compartir piso, llorar, reír juntas, pero sobre todo, divertirse.
¡Bienvenida y prepárate, Jubilación,
nueva amiga!
¿A dónde vamos?.
Una simpática e ingeniosa manera de presentarnos a esa amiga que todos deseamos y tememos a partes iguales.
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