Amigo, se lo digo de verdad a mi
edad me siento un viejo, solo estoy a gusto con mis zapatillas gastadas, el
arrugado batín y mi infaltable pipa. Y, ¿lo oye usted?, mi televisor
eternamente encendido, aunque yo no le preste atención.
Bueno, por supuesto están mis libros,
¿qué sería de mí sin ellos? Penetro en otras vidas quizás más tristes que la
mía, me ayudan a resignarme, ya sabe, mal de muchos, consuelo de… Bueno, por lo
menos me distraen, pero eso sí, que los autores sean hombres; nosotros somos
nobles y sinceros.
Le haré otra confidencia. De niño
todos decían que tenía facultades para ser un excelente pintor. Mis bocetos
eran muy buenos y yo me sentía muy orgulloso de mi afición, quería ser un gran
artista…
Amigo, no sé por qué le cuento estas
intimidades pero le diré que con el paso del tiempo me fue imposible
desprenderme de esta timidez que me atenaza, así es que mi balcón era el sitio
ideal para ver a las chicas y por eso descubrí en el jardín de al lado a una
joven preciosa que me inspiró y comencé a pintarla, la imaginé de mil formas,
regando sus flores, en la playa, en la calle, bajo la lluvia, llegué a
obsesionarme, es la verdad y ella sin enterarse.
Le daré una sorpresa, pensé, cuando
tenga terminados varios cuadros me atreveré, se los enseñaré y le encantará que
los exponga para que todos puedan disfrutar de su inigualable belleza.
Y llegó el día, me armé de valor,
bajé corriendo las escaleras, y toqué el timbre de su casa: ¡silencio
sepulcral!. La puerta entreabierta me permitió pasar, no sé cómo me atreví a tanto.
Avancé y oí unas voces provenientes de
la alcoba, y fue como una visión inesperada, estaba ella desnuda sobre la cama
en una postura que jamás le habría atribuido, ese cuadro yo nunca lo hubiera
pintado, ¿dónde habrá quedado mi idealizada joven?.
De pronto, ¡sentí un flash! Le
estaban tomando fotos, ¿las iba a vender? ¿Se trataba de pornografía? ¿Perversión?
No lo sabré nunca porque salí disparado
con mis ilusiones rotas.
Yo ya no expondría mis queridos
cuadros con una joven de mirada diáfana, dulce inocente, ¿no le parece? Sería
un engaño, ella no merece ser recordada como alguien así, para mí todo se
derrumbó es más ya no me interesa pintar, me siento estafado, mi vida ya no
tiene sentido.
Espero que usted me comprenda, soy
demasiado sensible, pero amigo, no lo puedo evitar, así somos los artistas.
Muy sensible y muy riguroso en sus apreciaciones, tal como se te pedía, es este perfil de personaje impuesto. El título metafórico me ha gustado también. Buen trabajo
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