Jamás imaginó la fuerza de su
pintura: la maravillosa luz que reflejaban sus cuadros, la conexión especial
que él adquiría cuando un impulso superior e incontenible, una fiebre carente
de toda lógica, en aluvión de ideas, lo poseía.
Cuando eso ocurría y sin poderlo
evitar, se sentaba ante un viejo caballete, ponía un lienzo en blanco y preso
de un delirio fuera de todo raciocinio, manchaba la tela a la espera de que surgiera
una respuesta; sin pararse a pensar lo que saldría…
Sin previo estudio…
Sin motivo, inspirado…
La danza del color y las formas en
su cabeza, en sus sentidos removiendo toda índole de emociones, ocultas,
inconscientes.
Surgían flores, figuras, paisajes
del alma… los vientos enamorados…¡se sentía poseído por los cuadros!.
Más tarde, interpretaría con
increíble estupor, negándose a sí mismo su autoría… ¿Qué es lo que mueve mi
mano? Seleccionando la paleta de colores perfecta en toda su gama, apresar el
pincel preciso para trazos gruesos y finos, delicadas veladuras, atmósfera,
luz… trasgrediendo la realidad en perfecta armonía…
Concluidos, los cuadros dormirían en
un rincón del sótano…nadie los vería jamás. Él no era un artista, jamás había
pisado una escuela de arte, ni visitado museo alguno, ¿a quién interesaría su
trabajo?.
Hoy cuánto se sorprendería viendo
colgados sus cuadros en los grandes museos de todo el mundo.
Venimos a este mundo con dones… Cada
uno con el suyo propio y particular…El pudor nos impide mostrarlo…en ocasiones…
Nos han sido dados para provecho y
utilidad de todos…
No son propiedad privada…
Son regalos para compartir, regalos,
cada uno con un propósito: solo somos canales del universo.
Me ha tocado especialmente este relato, Juani; por muchos motivos. Me emociona la soledad del artista que percibe el dolor, la alegría, la belleza: la vida… con tal fuerza que necesita sacarla afuera en forma de cuadro, poema, música… Sensibles, solitarios, incomprendidos, que se cuestionan a sí mismos sin piedad, al tiempo que bullen en deseos de compartir, navegando entre sentimientos encontrados siempre.
ResponderEliminarQuerida Isabel.¡Que sabia eres.!
ResponderEliminarComo sabes de sentimientos, de escondidos dolores,de ocultos anhelos.
Cuanto se aprende de las personas generosas humildes y sabias como tu.
GRACIAS. por tu comentario, siempre amable y generoso para mi.