No estes triste mami...; él está aquí
con nosotras..., me lo dijo, y me encargó que te cuidara, y que cuando lloraras
yo te abrazara muy muy fuerte. Yo también
lo echo de menos...Te acuerdas, mami,
que se escondía detrás de la nevera para darte un susto cuando fueras a
coger la leche para el desayuno...? ¡Qué risa mami! y..., ¿y cuando nos cogía a
las dos en brazos y dábamos vueltas...? Cómo nos reíamos mami... ¿Te
acuerdas...? Ahora ya no te ríes nunca. Te voy a contar un secreto: una noche
que vino a darme un beso me dijo que cuando estuviera triste, recordara los
momentos bonitos y que mirara a las estrellas, que él estaría ahí, vigilando,
para que tuviera unos dulces sueños y que
también estaría en mis fantasías;
con Peter Pan, con Campanilla y con Alicia; sí, mami, la del país de las
maravillas y el conejo blanco... Cómo le gustaba contarme ese cuento; y que él
nos esperaría allí; y que mientras tanto los pondría a todos a preparar una
fiesta con fuentes de chocolate, muchos globos, y me vestiría de bailarina con
un tutú rosa; y payasos, y música; y reiríamos, mami, hasta caer al suelo de tanto reírnos... Por
eso no debemos llorar... Buenas noches, mami. Yo también te quiero y acuérdate
de que si miras al cielo, papi nos hará un guiño para que sepamos que está
cuidándonos...
Buenas noches, papi,... ¿has visto? La
he hecho sonreír como tú me pediste. ¡Ah!, papi, acuérdate de que no falten los
dulces de fresa que me encantan y, ¡papi, papi!... dile al hada madrina que
quiero unas alas como ella para poder volar con los pajaritos y jugar al
escondite entre las nubes. !Uf...¡ qué sueño tengo...! Te quiero, papi.
Bastante creíble este perfil de una niña de 7 años desde el que se cuenta. Buen trabajo
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