Mi padre se había
salido con la suya y yo estaba infelizmente casada con un título de la nobleza
y un apellido rimbombante.
De momento sólo ella
sabía que el padre del hijo que esperaba era Alfredo, su primer y único amor.
El padre de Eva no
sólo había pensado en el futuro de su hija sino en el propio; su posición
social y su futura carrera política.
Inés, su madre, no se
enteraba de lo que pasaba en la casa, sólo vivía pendiente de sus continuos
episodios depresivos y de sus visiones nocturnas.
Nadie sospechaba que
el nacimiento de Alba iba a cambiar la vida de todos los habitantes de la casa.
Primera, tercera, omnisciente, testigo; distintas perspectivas que –juntas e hilvanadas –conjugan una historia. Reto logrado. Un acierto haber incluido el nombre de la técnica narrativa usada como título; un guiño audaz y divertido.
ResponderEliminarComo siempre ingeniosa y creativa.
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