Me compré un gorila…,¿pa´
qué? No lo sé. Lo llevo desde entonces, colgado al pecho, busqué un cordón
negro, igual que él, y cuando miro para abajo...me asusto, no lo esperaba.
El otro día, haciendo el
amor con mi novio, me dijo que el gorila o él y… ¿a qué no adivinan a quién
elegí? Al gorila. Ya me tenía harta; usé al gorila de excusa. Mi novio era un
animal.
Éste es otro animal,
pero tiene mejores sentimientos, nunca me lleva la contraria, como si nos conociéramos,
de toda la vida, tú.
Ahora somos
inseparables, vamos juntos a todos lados, nunca pensé que me llevaría tan bien
con alguien. La verdad es que tuve suerte, porque yo creo que él me encontró a
mí. Me miró a los ojos, yo lo miré a él y… surgió el flechazo.
De esas cosas que pasan,
que no sabes por qué pasan….pero pasan…
Hay gorilas deliciosos, casi tanto como tu relato, Sandra. Doy fe. Ja Ja
ResponderEliminarGuau simplemente genial...
ResponderEliminar