En las
primeras clases de este taller de narrativa, después de saludarnos
cariñosamente profesora y alumnas, todas coincidimos en lo mucho que nos
habíamos extrañado y el bien que estas extraordinarias clases nos proporcionan.
Nuestra
profe, Isabel, como siempre tratando de sacar lo mejor de nosotras, nos invitó
a preparar un trabajo para el desarrollo de nuestro ingenio y creatividad, en
el que la voz narrativa contará a través de la ausencia de uno de estos tres
sentidos: vista, oído u olfato.
¿Cuál
descartaría?. Yo pensé: ¿cómo relatar la
grandeza de un acantilado, o describir el paisaje, o un horizonte azul, el
cielo y las nubes? ¿cómo narrar el sonido del batir de las olas rompiendo
contra las rocas, o percibir el olor del musgo o el salitre en el aire?
¿Qué sentido
eliminar? ¡No lo sé hacer, lo confieso!.
Relatar este magnífico espectáculo de la naturaleza, regalo para los
sentidos, prescindiendo de alguno de ellos…, ¡no lo sé hacer!.
Aunque en forma indirecta, finalmente sí que has sabido abordar el tema y haciéndolo, además, a tu manera: incluyendo hasta un sexto sentido. Muy bien, Juani
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