Un año más…¡dichosa penita…!
Es comprensible…; soy cautiva de
ella. Primavera tras primavera y en una frágil cajita , insondables, mis
sentimientos.
Como cada año, un día cualquiera,
sin darle permiso, aprovecha un leve suspiro, una inesperada brisa primaveral y
desborda en aluvión el contenido oculto en ella…, sí.
En la diminuta cajita.
Desparramando así los velados
secretos de sentimientos, ilusiones, soledad…, en fin, ¡la dichosa penita!. ¡La dichosa cajita! que
nos convierte en esos seres humanos vulnerables que, en ocasiones, nos
avergüenza enseñar.
Sé bien de lo que hablas, Juani. También yo tengo alguna, ¿quién no?, pero qué bien y de qué manera, tan dulce y poética, nos la presentas. Un ser humano vulnerable, sí, pero frondoso, rico, profundo y sensible, es lo que eres.
ResponderEliminar¡ESA MELANCOLÍA! ¡HAY QUE ANIMARSE YA...!
ResponderEliminarCuantas penas llevamos en nuestra cajita particular. Muy dulce la descripción de esta narrativa.
ResponderEliminarque hermoso te quedo. Alicia
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