(Jugando con Monterroso)
SIESTA EN EL MUSEO
Cuando despertó, todavía el dinosaurio estaba allí y en ese momento recordó que estaba en un museo. Afortunadamente había encontrado un banco donde, agotada como estaba, se había quedado dormida. El sueño la había vencido después de haberse pasado toda la mañana paseando con sus nietos, viendo aquellos restos fósiles. Se levantó y le dijo: Te invito a comer hamburguesas y helados. Él asintió y dijo: Vámonos. Y abuela, nietos y dinosaurio salieron de la mano.
Un micro de final fantasioso o al menos curioso, que hará que el lector se haga preguntas. Eso lo hace realmente interesante. Excelente comienzo que promete mucho, mucho. Sigue adelante. Muy bien
ResponderEliminar