Amiga Susana:
¿Por
qué tú siempre adivinas lo que quiero decir? ¿Por qué, si no
he terminado de hablar, ya tú sabes a lo que me voy a
referir? Pues ahora te preguntaré, ya que todo
lo sabes:
¿Dime por qué cuando hablo
de ella me tiembla la voz? ¿Por qué lloro sin poderlo remediar los
días Miércoles Santos acordándome de las veces que le llevé su orquídea, del
más exótico color púrpura, a nuestro Nazareno de San Pablo?
Y también
cuando llega a mi mente las veces que me instalé delante del televisor
sabiendo que me esperaban cuatro horas de incertidumbre
hasta conocer el nombre de nuestra Miss y aplaudirla o decir que
todo estuvo arreglado en una noche tan linda como
esta.
O por qué se me pone
una sonrisa cálida al evocar la escena de mis hijos
lanzando caramelos a los niños que gritaban entusiasmados en las
esquinas, durante el Carnaval: ¡Aquí es! ¡Aquí es ! ¡Aquí
es !
Ah, y no
sé si lo sabes, pero alguna vez
pertenecí a una tribu: la de los Ta
Barato.
Dime amiga, ¿por qué
siento esta nostalgia? ¿por qué es mejor que no
siga recordando?, ¿tú lo sabes?
Esta misiva llena de preguntas, por donde navega la nostalgia y donde se adivina la añoranza de un país que se nos fue, me emociona… Tal vez porque los venezolanos y todos aquellos, que aún sin serlo, amamos el recuerdo de una Venezuela distinta, nos hacemos las misma pregunta: ¿por qué?. Sólo la historia con su perspectiva dará la respuesta correcta.
ResponderEliminarAlicia, historias y preguntas que llevamos pegadas en la piel.Me gusta leerte.
ResponderEliminarNostalgia y ternura. Un tiempo irrepetible que en el recuerdo crece y en ocasiones magnificamos...pero siempre hermoso contada por ti Alicia.
ResponderEliminarNostalgia y ternura. Un tiempo irrepetible que en el recuerdo crece y en ocasiones magnificamos...pero siempre hermoso contada por ti Alicia.
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