El primer verano después de mi adiós a la vida
laboral…; un cambio importante que causa muchas depresiones, pero también, como
en mi caso, más ilusiones, más proyectos, más amistades, más tiempo para mis
seres queridos… Sumar es lo que me he propuesto…; restar sólo los años. Porque
a partir de aquí restaré, no sumaré…y espero dar mucha guerra a la sustracción.
-¿Es cierto que cada verano proyectas, o quizá da
igual en qué estación te encuentres?
-Te diré que en cada estación los proyectos tienen diferentes
formas porque influye muchísimo el ánimo. En primavera, suelen tener formas
alegres, florales, divertidas… No se me ocurre utilizar colores o formas
tristes o melancólicas, eso lo dejo para el otoño, que también podría ser de
renacimiento o de muerte.
Para el invierno se me ocurren cantos nostálgicos, fiestas
familiares… La familia que retorna y también que se va, lágrimas porque la
nostalgia conlleva enfrentarse a la soledad, al reencuentro… Todos quieren
estar juntos y ahí es donde nos damos cuenta de que algunos no podrán, por
diferentes circunstancias, y se sufre en la distancia del espacio, del tiempo o
de los sentimientos perdidos y que nunca
volverán, porque ninguno se atreve a buscarlos. La cobardía se une con la desgana
y la costumbre con la desidia.
Y… llega el verano, dónde la ebullición de viajar, de
conocer nuevos lugares, nuevas costumbres y tradiciones…o sencillamente
desmadrarse y entregarse al placer…; dejarse llevar por la magia de las noches
estivales. El sol necesario y que esperas durante todo el año, nos llena de
buenas vibraciones para el resto. Es una estación para hacer nada, de dejarse
llevar y adentrarse en cada pueblo, en cada momento pasivo, con una buena
lectura debajo de un parasol o un árbol, asistir a eventos que hasta el año
próximo no volverán, preñarse en definitiva de buena energía para proyectarla
en los demás.
Floración… Estío… Ocaso… Frío o Invierno
Sentirlas todas, cada una en su momento y lugar
Sentirlas y diferenciarlas, para eso debemos cuidarlas
Ahora se unen después de maltratarlas y no apreciarlas
Son importantes y necesarias para nuestra madre tierra
Tanto, que da igual en este momento y lugar,
no saber cuál es cuál
Quizá ha llegado la ocasión de pensar…
¿nos da igual?