Mi
madre siempre había soñado con viajar allí y nunca pudo. Jamás nos respondió la
razón de aquel extraño interés por un lugar tan lejano y tan extraño.
Socotora
o Socotra está situada en un archipiélago formado por cuatro islas, más cercanas
al continente africano que al asiático, de las que Socotra es la mayor. Sin
embargo pertenece a Yemen. Bañada por el Océano Índico.
Patrimonio
de la humanidad, con más de doscientas especies vegetales y animales,
endémicas. Su riqueza biológica hacen de ella un escaparate y un atractivo para
todo biólogo. He ahí cual era la razón por la que mi madre estaba totalmente
enamorada de éste lugar, porque allí pasaba la mayor parte del tiempo su amor,
que no era mi padre.
A
través de sus cartas, le describía tan bien todas las maravillas que allí se
dan cita, que le parecía estar en ella caminando por sus maravillosas playas y
admirando sus extrañas plantas y árboles, únicos en el mundo. Su paisaje de
otro planeta, esos árboles de extrañas formas y el contraste de una arena
blanca con el turquesa de sus aguas, según le explicaba Mauro su “amigo”, la
entusiasmaba cada día más a pasar en Socotra sus últimos días con él. Y soñaba,
y soñaba….mientras nosotros, su familia, le recordaba cada día lo necesaria que
era.
Un
buen día, se fue a una agencia de viajes, según supimos años después, por un
diario que llevaba, que por fin se iba a embarcar en una aventura, dejando
atrás todo lo que hasta ese momento, le impedía correr a los brazos de la
libertad. Su amor no permitido.
Al
mismo tiempo, los resultados de unos análisis rutinarios, frenaron una vez más
sus impulsos. Una enfermedad incurable, de la que no pudo recuperarse.
Los
habitantes de Socotra, practican la nigromancia, arte que por medio de vísceras
y contacto con espíritus, se invoca y se adivina el futuro. De ahí su nombre
“Isla de los genios”.
En
esos días llegó una carta de Mauro a casa, que recogí yo, dado que mi madre ya
no estaba y sorprendentemente le comentaba, que había visitado a un genio de la isla y por
medio de ésta práctica, le habían pronosticado que algo malo iba a sucederle a
una persona muy querida. En ella decía que esperaba estuviera bien y que por
favor, le contestara lo más rápidamente posible, ¿cuándo llegaría?
Ya
lo tengo todo preparado, esperándote.
Cuando vemos que los sueños no se logran concretar, como le ocurrió a la protagonista de esta historia, no podemos evitar sentir ese regusto amargo. Eso nos enfrenta con nuestros propios sueños y el deseo de verlos cumplidos antes de que sea demasiado tarde. Sin embargo, … sabemos que no siempre es fácil y que muchas veces se necesita mucho más que nuestra propia voluntad
ResponderEliminar