Harto de la vida de funcionario público
tras una ventanilla, Pedro decide después de haberlo pensado muchas veces, ser otro
hombre, cambiar su vida.
Estoy cansado de hacer lo mismo día tras
día –se decía –siempre igual, me levanto, me visto, me desayuno y salgo a la
oficina; de pensarlo me siento mal. Esa
rutina no la soporto más –cavilaba –qué trabajo
tan aburrido, no hago nado que me haga feliz.
Mi labor es repetitivo, estresante, no me gusta. Me dirán loco pero no voy a venir más a esta
oficina, lo decidí. Voy a hacer lo que
siempre me ha gustado: trabajar la tierra.
Me voy a dedicar a la agricultura ecológica; es un mundo que siempre me
ha apasionado: hacer los semilleros, trasplantar las matas, ver cómo crecen y
florecen hasta dar frutos. Eso sí me
hace ilusión y me hace sentir libre. No
más oficinas, ni jefes que me den órdenes.
Quiero sentarme a contemplar el atardecer, cuando el sol se pierda en el
horizonte, poder dedicarle tiempo a mis amigos y a mi familia, aunque ésta me
dice que lo que voy a hacer es un disparate.
No me quiero morir de hastío y aburrimiento, les contesto. Lo quiero intentar, espero que me salga
bien. Confieso que tengo miedo pero
¡caray!, estoy dispuesto a cambiar de vida, a hacer algo que me guste y ese
plan me encanta, aunque el cambio sea drástico.
Ya lo decidí, no voy a volverme atrás.
Al día siguiente, en lugar de ir a la
oficina, Pedro fue a su pequeña finca.
Intentó hacer algo que no había hecho nunca. Se sintió extraño, por un momento le
asaltaron las dudas.
Estoy haciendo una locura –pensó– es cambiar
toda mi vida y la de mi familia.
El caso es que siguió adelante, cada día
se siente más a gusto. Le encanta ver crecer sus plantas.
Soy otro hombre –concluye
Pedro –ya no vivo amargado ni de mal humor, parezco otra persona completamente
distinta a la que era, encontré mi sitio.
Alzando la mirada y los brazos al cielo,
Pedro exclama:
–¡Soy libre, soy feliz, soy otra
persona!
De valientes es atreverse a cambiar para que las cosas mejoren. Pedro lo hizo y cambió el hastío por la felicidad.
ResponderEliminarNo hay nada más gratificante que dedicarse a lo que a uno le gusta, a o que ha nacido para ello, y si obtienes beneficios todavía mejor. Me ha gustado tu narrativa.
ResponderEliminarDolores.