Aproveché
que ya todos dormían para poderme concentrar en la lectura del libro. Era la historia de un hombre casado con cinco
hijos que no tenía trabajo. Salía a
buscarlo pero no encontraba nada. Sin
comida para darle a sus hijos, los malos pensamientos lo volvieron loco y se
metió en un supermercado, llenó unas bolsas con alimentos –lo más esencial –y salió
corriendo. Lo persiguieron y
detuvieron. Con el tiempo, lo juzgaron y
le salieron unos años de cárcel; ¡por robar comida para sus hijos!.
Estando
preso, decidió escribir un libro sobre todo lo que le había pasado, como había
llegado hasta allí y sobre sus vivencias en la cárcel…
Aquel era el
libro que estaba leyendo con tanto entusiasmo que decidía irme a dormir, hasta
que el sueño me venció y…no pude enterarme del final de la historia.
Esta noche,
cuando todos se duermen, aprovecharé para entrar de nuevo en ese libro tan
interesante.
Hay historias que atrapan de tal manera que uno no puede parar de leer. Encontrarse con una de ellas es una delicia, desde luego.
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