-Tengo que
matarla por haberse metido dentro de la casa –escuché decir a mi padre.
Mi barriguita
empezó a saltar y mi corazón hacía ¡bum bum bum! Soy un niño de ocho años y muy valiente pero,
claro, ¿si lo que entró en mi casa es un monstruo?. Sin querer, mi garganta empezó a gritar:
-¡Socorro,
socorro! ¡En casa hay un fantasma!
Mi hermana
llegó corriendo y me abrazó
-No pasa nada,
tranquilo, no tengas miedo –me dijo.
-¿Cómo me
dices eso, si dice papá que alguien entró en casa y lo va a matar?
-Sí cariño,
pero se trata de una ratita…
-¿Tanto
escándalo por una bicho tan pequeño? ¡Qué raros son los mayores, tanto miedo
por … nada! – pensé yo.
Buenísimo este relato, Naty, de principio a fin, voz narrativa absolutamente creíble. Historia coherente, me creo al niño y su miedo. El final, insuperable. Muy buen trabajo.
ResponderEliminarAMIGA ME GUSTO MUCHO TU ESCRITO PEQUEÑITO E INTENSO BESOS PILI
ResponderEliminar¡Buenísimo como el buen perfume¡, pequeño pero concentrado en calidad,te felicito Naty besitosssssss.
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