Anoche,
mi madre, luego de acostarme, fue a apagar la luz de mi cuarto y yo no
quise. No quería dormir con toda la
habitación en negro. Me miró,
preguntándome: ¿aún te da miedo la oscuridad?.
No entendí la pregunta. Es que no
sé qué es el miedo. No le respondí pero,
después me atreví y le dije: ¿qué es el miedo, mamá?. Ella sonrió. ¡Ay, qué rabia me da cuando se
ríen de algo que pregunto!. Me contestó
algo así como que el miedo es una sensación extraña que nos da cuando estamos
ante lo desconocido… Yo quedé igual, sin
saber qué era. Al final, me dejó dormir
con la luz encendida.
Esta
mañana, he despertado muy contenta y peiné a todas mis muñecas, sentada en el
suelo de mi habitación. De pronto, ahí
estaba, una cosa extraña en mi barriga hizo que volviera la mirada hacia el
armario que estaba todo oscuro. Sentí
como que alguien me estaba observando y salí corriendo hacia la cocina donde
estaba mi madre haciendo el desayuno. Me
senté a la mesa. Sonó el timbre. Mi madre fue a ver quién llamaba y, luego de
asomarse por el agujero de la puerta, abrió los ojos grande, grande, como si
fueran a salirse. Se cogió la barriga
con una de sus manos. Se asomó por la
ventana de la sala que da hacia la calle, mientras que seguía con los ojos
gigantes, abiertísimos. ¡Cuidado que se
te salen, mamá! –pensaba yo, que no me atrevía a decirle nada de tan atenta que
la veía. Se abrazó a ella misma y
regresó muy rara a la cocina. Por las
cosas que hace, me parece que se debe sentir como yo cuando veo mi armario todo
negro; o como cuando me dice, en las noches, que va a apagar la luz de mi
habitación para que duerma. ¿Será que
ella si pudo ver a eso que siempre me mira desde la oscuridad, lo que conozco?
Relato de final abierto. Al comienzo y hasta la mitad del relato, confieso haber tenido casi el mismo miedo que la niña protagonista, luego quedó en mi el deseo de resolver la gran incógnita ¿Qué vio la madre a través de la mirilla de la puerta? Uff! La curiosidad me puede.
ResponderEliminar