-Goyo, ¿tú sabes a qué huele el miedo?
-Claro, Luzmarina, por supuesto
-¿De verdad tú lo sabes? No te creo, dímelo por
favor, ¿a qué huele?
-Claro que lo sé, porque ya soy grande. Luzmarina,
el miedo huele a hospital, para que veas que sí lo sé
-¡Sííí…¿y cómo sabes eso, listillo?
-Mira, Luzmarina, cuanto tú eras un bebé y yo era
más pequeño que ahora, claro, un día, tú estabas enferma con fiebre y yo te di
la medicina para que te curaras. Cuando
se lo dije a mamá, ¡se puso chiflada!, con las manos en la cabeza decía: ¿qué
hago, qué hago? y nos fuimos como un cohete al hospital. Yo tenía mucho miedo porque mamá estaba
llorando. En ese lugar había un olor muy
raro; yo creo que era el olor del miedo porque allí todo el mundo tenía cara de
susto. Y tú, ¿te acuerdas cuando me dio
el dolor y me operaron del apéndice! Yo
tenía mucho miedo…
-Ya lo sé, Goyito
-Pues ese día, olía igual
-Goyito, ¿a que huelen los hospitales?
-Luzmarina, ya te lo dije, ¡los hospitales huelen a
miedo!
-Por favor, Goyito, ¿puedes venir conmigo un momento
al cuarto de mamá?
-¿Se puede saber para qué? ¡Pesada, que eres una
pesada!
-Por favor, no te enfades que tengo mucho
miedo. Solo dime si el cuarto de mamá
huele a hospital.
-Luzmi, ¿tú eres tonta? ¡deja de molestar! ¿cómo va
a oler el cuarto de mamá a hospital?
-Goyito, ¿te cuento un secreto?. Pero, no digas
nada, por favor. Sabes que yo estaba en el cuarto de mamá y pasó como una
magia. Se cayó una cosa de su peinadora
y se rompió. ¡Yo no fui, te lo prometo! ¡Se cayó sola!.. fue la magia… y seguro
que ahora, mamá me regaña y… por eso tengo miedo. Y como el cuarto huele muchísimo, yo pensé
que era el miedo, que olía así…
-No, hermanita, no tengas miedo, que aquí no huele a
hospital, aquí huele a…¡palacio de reina!.
Solo es el perfume de mamá que se rompió. Es… era… ese perfume que cuando ella se lo ponía decía ¡huelo como una
reina!