Una tarde,
hablando con una amigo, éste me comentó que no podía estar sin blanca. Yo le dejé hablar porque entendí que él
necesitaba relajarse. Mi amigo siguió
diciéndome que le era imprescindible y que no iba a poder vivir de esa manera
por mucho tiempo, que tenía que hacer algo para salir de aquella
situación. Mientras tanto, yo seguía
poniendo atención a todo lo que me decía hasta que el momento en que me dice
que su esposa se había ido de casa.
- ¡Vaya
Juan!, eso no cabe duda de que es doloroso, es mucho peor que estar sin blanca,
desde luego- le dije intentando darle ánimos de alguna manera.
-Pues eso es
lo que te he venido diciendo, que Blanca, mi mujer, se fue de casa y que no
puede estar sin ella.
Excelente relato. Ingenioso y con un final inesperadamente divertido
ResponderEliminarEl final me ha gustado mucho, felicitaciones
ResponderEliminar