ALEGATO
-¿Que te crees,
que no me percaté de lo que pasaba en esa casa? ¿Cómo es posible que habiendo
tres mujeres como castillos, si, tres, todo se encuentre patas arriba? Y lo que
más me hace rebotar de indignación, es el argumento ese de la igualdad que
utilizan para justificar tal desorden y ocultar su holgazanería. Pero si es que
las tareas de la casa les corresponde sólo y exclusivamente a las mujeres. Eso
siempre ha sido así y así debe de seguir. Al igual que el cuidado de los hijos,
que así lo determina la naturaleza, no tienes más que ver lo que sucede en el
reino animal. ¿Quién se hace cargo de las crías? Las hembras, por supuesto. Por
ello veo inviable su entrada en el mundo laboral. Aparte, claro está, que su
rendimiento tanto físico como intelectual estaría por debajo de la del hombre.
LA RESPUESTA
-¿Y qué te
crees, que yo voy a permitir que mi reacción se encoja ante ese pensamiento
absurdo y cerrado con candado que tienes, sin que yo de una respuesta? Pues no.
Yo apoyo la reivindicación de esas tres mujeres. No es de recibo que ellas
estén esclavizadas con las tareas de la casa, mientras sus dos hermanos se
paseen como señoritos sin mover un solo dedo. ¡Que no son capaces ni tan
siquiera de recoger su plato del comedor ni su ropa sucia del baño! ¡Hay que
contribuir, que sus hermanas no son sus criadas! Si quieren que les hagan lo
que les corresponde que paguen de su bolsillo a alguien de fuera. Y no podemos
compararnos con el reino animal, guapito mío, puesto que si estos estuvieran
dotados de una inteligencia como la nuestra, veríamos a los machos también
cuidando a las crías. Y para que se te salte ya de una vez ese candado que
cierra tu mente, la mujer también tiene derecho a llevar una vida laboral y no
tiene ningún sentido que se las excluya por el simple hecho de ser mujer.
Además, así no tener que depender del hombre, y que cuando considere que la
relación no va bien, poderse emancipar y no quedarse atada de por vida, por no
tener medios económicos para subsistir sola con sus hijos. Y capacidad tenemos,
guapito mío, para realizar cualquier trabajo, tanto físico como intelectual, y
cuando quieras te lo demuestro.